miércoles, 3 de diciembre de 2014

Historia oculta de dios culueándose a una jovencita

Nota 1: No se me ofendan :( además, si andás en Poringa medio que todxs estamos pecando duro y por atrás, d:
Nota 2: Las fotos no son reales: ese no es dios (?)
Nota 3: La hsitoria no es real, es ficticia.


Jeremías estaba arando su campo orando en voz baja y pensando cosas. Pensaba Jeremías en las gracias de dios, en lo bien que estaba creciendo su hija, y agradecía a dios.
Luciana, la hija tetona adolescente de Jeremías, estaba detrás de la casa en la que juntos vivían, intruciéndose una gruesa zanahoria en la concha mientras pensaba en las ganas de que se la cojan duro, mientras pensaba en su deseo ferviente de pija, gruesa y caliente, y se pajeaba su conchita sin pausa, y su juguito corría por entre sus piernas y sus manitos.
Y así fue que Dios presenciaba la obra que había hecho en su mundo, vigilante y protector, miraba su rebaño, miraba a Jeremías en sus labores y con admiración, lo felicitaba en silencio. Pero derepente dios vió algo que lo permurbó, y era a Luciana con sus tetas semidesnudas y el vetido levantado, pajeándose duro la conchita con una gruesa zanahoria.


Y dios se enfureció y se le engrosó la vivina verga debajo del calzoncillo, y un trueno sorpresivo irrumpió en el cielo.
— JEREMÍAS, TU HIJA ES UNA PUTA, HAS SIDO MAL PADRE
Gritó dios en el cielo y un Jeremías se arrodilló a rezar y pedir perdón, Luciana se quitó la zanahoría de la concha, no sin antes bombeársela un último ratito, y también se arrodilló bajo la vid.
— Perdón dios, perdón dios— dijo la muy putita, sin cesar.
Pero díos hizo llover intenso sobre ella, como si cien mil pijas le eyacularan encima, y gritó:
— Jeremías, ve donde tu hija y disciplínala!
Y Jeremías fue cabizbajo y apresurado, dejando su arado abandonado, y llegó y vió a su hija arrodillada empapada, con sus tetas traslucidas en ese vestido empapado, con sus ojos llorosos de culpa.
Y dijo el padre de Luciana a una humillada jovencita:
— ¿Ves lo que has causado por puta? dios nos odia y se ha enojado, tendré que sacrificarte para que él ap…
Y aquí dios lo interrumpió:
 — No sacrificarás a tu hija, Jeremías!!! Le enseñarás a que la concha sirve para mear y tener hijos, no para divertirse, le romperás el culo y ella aprenderá que mientras no esté casada, la concha es sagrada!
Y Jeremías escuchó, confundido e incrédulo; mientras tanto Luciana conciente de lo importante de escuchar a dios, se ponía en 4 y ponía su culo en pompa.
— Culeáme, papi, así aprenderé — Dijo Luciana con la voz más tierna y puta que se haya escuchado en el mundo.
Pero Jeremías seguía confundido y dios supo que hacer, y bajo del cielo y apareció ante el padre y la hija, y sin dudarlo, arrodillándose ante esa maravilla de ojete apretadito de adolescente, lo lamió y culeó profundo con la lengua.
— Si el infiel de tu padre se niega a aleccionarte, yo he de culearte, puta de mierda— Le dijo dios a una confundidísima pero feliz Luciana que ansiaba se la re culéen por vez primera.
Y dios habiéndole dejado la colita rebosante de saliva a Luciana, se dispuso a llenárselo de verga divina, y lo hizo, sin piedad alguina, le compió el culo adolescente.
— Duele mucho diossssss— dijo Lu.
— Así aprenderás, puta de mierda, así aprenderás a comportarte— dijo dios mientras se la culeaba duro.
Mientras tanto Jeremías miraba perplejo y su verga se empezaba a engrosar y endurecer bajo la túnica.

Y dios ordenó:
— HAz que tu hija te mame la verga, Jeremías! Es una órden.
Y Jeremías con algo de culpa, pero más calentura, le sirvió frente a la carita de Lu, una ggruesa pija que ella lamió tímidamente y al instante engulló por completo, y mamó y mamó.
Y así estaba Lu, culeada por el culo por dios, y culeada por la boquita por su padre. Aprendiendo.
Detuvióse dios un instante del culeo, para quitar la pija de tan maravilloso ojete, y ordenarle a la nena que venga a mamársela a él, así aprendía de lo delicioso de su culo de jovencita, y de la importancia de la higiene anal.
Y Lu mamó con diligencia, y amó el sabor de esa pija saborizada a su ojete virginal.


Y Lu sintió como su padre ahora se la culeba mientras ella se la mamaba a dios. Y dios le tomó el cráneo a la putita de Lu y duro se la culeó por la boquita hasta la garganta hasta hacerla vomitar y atragantara..
— Bendita seas, puta tragavergas — decía dios, mientras Lu no podía creer lo hermoso que le estaba pasando.
De repente el supremo empezo a eyacular sendos chorros de semen en la gargánta de Luciana, que no dudaba en tragar, pero ella no podía con tanto, y mucho se derramaba en el suelo.
Y así Lu quedó con la carita repleta de semen mientras dios al fin le quitaba la pija de la garganta y boca, no sin antes que ella le pasara la lenguita para recojer los últimos rastros de semen en la verga, y dejarla limpita.
Y Lu sonrió, y dios la escupió en la carita, y el padre de Lu se la siguió culeándo, ya pronto a acabar. Y mientras Lu pasaba la lengua en el suelo para no perder nada de leche, tragando semen y tierra, el padre de Lu le acababa en el recto a su hijita, una tras otra carga de semen paternal la rellenaba.
Y dios le ofreció dos rodajas de pan a Jeremías, para que recoja el semen que brotara de ese ano recientemente roto, para que ese pancito junte todo el semen anal, así Luciana también comía el pan sagrado y la leche paternal. Y Lu con felicidad recibió el pancito rebosante del manjar lácteo y a mordisquitos, se lo comió mientras dios y su padre la miraban, reventadita y muy putona.


Lu aprendió la lección

miércoles, 23 de julio de 2014

Letizia encuentra consuelo en una verga paternal

 
Letizia llegó una hora màs temprano a la casa de su amiguita, con ojos y carita angustiada tocó el timbre de la puerta y espero mordiéndose el labio inferior, nerviosa.
— Hola Leti!!! — dijo sonriente el padre de Laura, mientras le miraba las tetas a la niña, y luego sus tristes ojos.
— Hola señor! Cómo está..? Llegó Lau? — dijo Leti mirando a la cara de aquél hombre, y luego bajando la mirada, vergonzosa de sus rojizos ojos cansados de llorar, y para ver el bulto que hacìa la verga de ese hombre en el jean.
— No, aùn no llega.. pero pasá, en un rato llega — dijo invitando y casi ordenando a la jovencita con un ademán gentil.
— Bueno, señor Luis, si no es molestia, puedo tomar asiento en el sillón y no molestar, calladita..
— Jaja, ponete cómoda, voy a hacer algo al patio y enseguida vengo. — le dijo a Leti mientras le miraba el ojete en ese shorcito bien ajustado, mientras la acompañaba.

Leti tomó asiento, siguió con sus pensamientos difíciles mientras miraba el ventanal, cuando de pronto llegó Luis con un vaso de leche y un plato de galletas.
— Querés leche, Leti? —dijo el hombre mientras ponía el vaso y el platito en la mesa de estar— Lau llegará a las 7, falta un rato laaargo, si querés prendé la tele…  
— Gracias señor, no se hubiera molestado, creo que me iré porque debo hacer cosas y…—dijo Leti casi levantándose del asiento.
— Espera Leti, sentate.. ¿vos estuviste llorando? ¿què pasa bebé? —inquirío un padre preocupado y conmovido.
— No, señor, es que.. no pasa nada, es que… —dijo leti sin que pueda retener sus lágrimas.
Y aquí fue cuando Luis se sentó junto a Leti, la abrazó, le olío el pelo, y la calmó, le toco y sintío las tetas entre sentidos abrazos y palabras contenedoras de calma.
Un poco más compuesta, Leti sin poder ver a los ojos de aquel padre le dijo:
— Señor ¿puedo decirle algo sin que se enoje..?
— Decime lo que quieras, soy tu amigo, Leti, no quiero que llores màs…
Y Leti junto valor y entre silenciosas lágrimas dijo todo:
— Señor, su hija, mi amiga.. ella, mi papá… bueno… los ví, dándose un beso…
— Qué???
— No, no.. perdón señor Luis, fue muy feo y quería hablarlo con ella, quería… Ade`más hicieron más cosas en mi cuarto…
Luis trató de calmarse y lo más calmo posible le dijo a Leti:
— Decime, corazón, no estoy enojado con vos, yo te cuidaré y entenderé.. ¿qué más viste?
— Mi papá le estaba haciendo la colita a mi amiga… a Lau, a su hija en mi cuarto. Y ella pedía más, ella pedía más. Y estaba en mi cama, y mi papá la agarraba de atrás y le metía una verga enorme, toda, toda, mi papá, su hija… Tuve miedo, y no dije nada, pero le llenó la cola de verga, y estaba dura, y enorme.. y… —y aquí Leti se quebró, y su ojete se aflojó al tiempo de que se arrodillaba a llorar en el regazo de Luis sentado en el sillón frente a ella.
Y Luis le tomó la cabeza, le acaricío el pelo mientras procesaba furioso con su hija todo lo que le habían dicho la amiguita.
— Qué hago señor? Qué hago? —dijo Leti entre sollozos entre las piernas de ese hombre .
Y Luis acarició la cabeza de Leti entre sus piernas, y por un momento entre los pensamientos de furia por lo que le habían dicho, tuvo la perversa idea de que Leti le mamase la pija… pero se despejó la mente hasta que ella le siguío contando más de lo que había visto..
— Y mi papá sacó la verga de la colita de Lau y Lau lamío esa verga sucia, con olor a cola, a su cola, Lau chupó la verga de mi papá, y le gustaba, le gustaba mucho ¿por qué, señor Luis? ¿por quééé?…
Y Luis entre caliente y furioso por todo lo que esa nena de ojete magnífico le contaba decir al fin..
— Mamame la pija, Leti, así Lau sabrá lo que se siente…
— .. pero señor, no sé.. —dijo Leti mirando a señor desde cerquita del bulto de ese hombre.
Y Luis se bajó el cierre, y una verga enorme quedó frente a la cara llorosa de Leti.
— Mamá, Leti, así aprenderá lo que se siente tu amiga: nos traicionó a los 2!. — dijo absurdamente Luis a una obediente Leti que tímidamente lamío esa pija frente a ella, cuidadosamente, con mucho deseo y algo de temor, pero aùn más caliente que antes.
— Chupá Leti, quiero que te llenes de verga la boquita.
Y Leti obedecío sin dejar de ver a su amo sonsolador.
Y Luis la tomó del pelo, pero esta vez no para consolarla, sino para ayudar a que la verga llene la garganta de esa nena triste.
Y Leti temío, pero se sintío más mujer, y los ojitos se le llenaron de lágrimas, pero no de tristeza: de amor. Y su colita necesitó verga como nunca antes mientras se la culeaban por la boca, con furia e intensidad.
— Tragá puta— dijo aquella tierna figura paterna que le había alegrado la tarde, y la había comprendido..— y culeándole con màs furia la carita, le dío duro por la garganta hasta que se la llenó de leche de pija caliente.
Y así fue como lentamente, luego de darle dos, tres, cuatro embestidas en la boquita con sus respectivos eyacules, le fue sacando la pija de la boquita a Leti, centímetro a centímetro salío esa pija completamente babeada de la boca de una consternada pendeja..
Y Leti incrédula y destruída, conmovida ante esa verga gigantesca, hizo algo inesperado, y lamío la verga hasta dejarla limpita, para tragar las últimas gotas de semen que allí hayan quedado, o su flema impregnada en esa barra de carne deliciosa.
Y Luis se la quitó de la boca al fi, se puso de pie, le besó la frente y le dejó unas servilletas de papel para que se limpie la carita.
— Limpiate la carita, Letizia, estuviste genial.. perdón si me exedí es que..
— Bueno señor, gracias, yo quería más sí…
Y alguien sacaba llave a la puerta de el frente  mientras Luis iba al baño a relajar su verga tiesa, y Leti se limpiaba la carita sonriente, aunque llorosa, con las servilletas..
— Hola Leti ¿¿¿qué pasó??? ¿por qué esa carita?— dijo Lau inmediatamente después de entrar a la casa y ver a su amiguita…
— Hola Lau, no pasa nada, es que se me metió una basurita en el ojo, y que me atraganté…
Al día siguiente tendría su ojete roto con aquella declosa verga.

 
 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Papi, no me pagaste la entrada para Violetta y me divertí con el vecino

Carta de una nena enojada con su padre

Papi, no me pagaste la entrada para Violetta y me divertí con el vecino

Hola Pa, te envío una foto de cómo me divertí con el vecino que odias, el otro día. Es un dulceee él!!! Me hizo un montón de regalitos, charlamos y me abrazó ese día que estaba re triste porque no me dejaste ir a ver Violetta, bueno ese día en el que estaba re triste.
Y me hizo el orto, para hacerme sentir cosas lindas de amor y no dejarme embarazada porque ME CUIDA (:
Bueno, me estoy aburriendo en casa de Má, en una semana vuelvo.. no te enojés, soy de vos!! jjiji. Aunque sigo enojada. Chau.


Lau 

domingo, 4 de mayo de 2014

Agus responsablemente educa a su ojete esperando a su principe azul ♥

Agustina pasa largos días en el bosque, paseando y caminando por las montañas, disfrutando de la naturaleza y pensando todas las historias de amor que la esperan, pensando en el principe azul que venga a buscarla y la acompañe, le de la mano, la cuide, la mire a los ojos, le regale una rosa y bombones de chocolate, que la bese; un principe azul que le rompa el culo bien duro...

Agus se detiene en el bosque, tiende el mantel, se acuesta sobre él y se hace su picnic sacando de su canasto su juguete rojo que, luego de lamerlo y chuponearlo bien llenándolo de saliva, se lo mete en su orto que correctamente había enmantecado. 

Luego de pasar horas con ese y otros jueguitos de niña solitaria, se da una última serie de penetraciones anales hasta que, agotada y hambrienta, lo saca de su rojo ojete a su juguetito y, responsablemente, pasándole pancito para no desperdiciar la deliciosa manteca, y a lamidas luego, soñando despierta con que chupa una gruesa verga, lo deja limpito y brillante... 



domingo, 27 de abril de 2014

La siguiente es una extraña, conmovedora y reveladora carta de cierta jovencita muy culeadora y tragaleche de nombre Lucía:

Hola Papi ¿cómo estás?Antes que nada debo decirte que los extraño mucho, particularmente a vos que me enseñaste tantas cosas.. la vida acá es linda, divertida y a pesar de un inicio algo triste, conocí a chicos que me enseñaron muchas cosas y las he aprendido todas.La foto que te envío es de cómo ellos, mis amorosos compañeritos de escuela, me ha roto el culo mientras me ayudaban a perfeccionar mi alemán. Creo que hay uno de ellos que me ama, siempre me llena la cola de leche ¿sabés? Ay... es casi tan rico como cuando vos me lo hacías...Y ojo! No me han cojido la concha porque eso es pecado y puedo quedar embarazada, como me enseñaste desde chiquita, así que sólo me culéan el orto y la boca... Bueno, a veces me re cojen la conchita también, jiji, pero siempre me acaban en el orto! o me hacen tragar su semen, y yo como nena obediente y bien educada, no dejo ni una gotita.Bueno papi, tengo que ir a estudiar con ellos, y antes debo lubricarme bien el ojete, jeje, el mes que viene vuelvo, te extraño mucho!!!Saludos a mamá (:

Tu putita, Lu

Pd: La postal para que no me extrañes tanto, jiji:


  (Clic en la imagen para verla toda abierta y rota, llena de amourrr lechoso por la cola)

jueves, 20 de febrero de 2014

Marina y su comunión anal [extremo - sin censura]

Marina era la más linda del grupo, todos lo sabían, sus incipientes tetas y su ya magnífico culo destacaban en todas esas estúpidas a punto de tomar la primera comunión. Mientras avanzaba la ceremonia y las pendejitas emocionadas se acercaban a dar el bocado de ese manjar sagrado del pancito de dios, el cura Nicolás sabiamente la observaba particularmente a ella, conmovido y feliz por encauzar a esas jovencitas por el camino del amor y la fé. Y a Mariana además, para encauzarla en el camino del amor a la verga y el culeo duro.
Y así Nicolás tenía una dura erección bajo la sotana frente a todas esas niñas de 12 o 13 años y fue dándole el pancito a cada una de esas nenas abriendo su boca frente a él y entregándole la lenguita para que las alimente. La última de las jovencitas iba a ser Marina, y para ella iba a tener una hostia pancito especial, embebida en leche de verga que él le había producido (semen sacro), y así se lo depositó en la boquita para que ella lo trague sin chistar, frente a todos en la iglesia, frente a la familia de Marina y toda la congregación. Y Marina tragó sonriente, y Nicolás tuvo una abundante eyaculación con la verga enorme gruesa y tiesa en su ropa interior bajo la sotana. Trastabilló Nicolás y tuvo que tomar asiento. Enseguida se puso de pie y eyaculó la última de las cargas de semen en su calzoncillo mientras veía a Marina irse feliz a abrazar a sus padres.
Al finalizar la ceremonia cada una de las niñás saludó al padre Nicolás y cuando Marina lo hizo, sonriente y feliz dándole un beso y un abrazo a su sabio padre en la fé, fue que Nicolás le dijo susurrándole al oído con la una fraternal sonrisa en su rostro:
— Vení mañana a las 5, Marina…
Marina no entendió muy bien a qué venía eso, sonrió y lo quedó mirando confundida, pero supo acordarse de esas palabras en toda esa noche de festejos y charlas con amigas y familia, mientras saboreaba en su boca ese gustito extraño del que Nicolás la había alimentado. El amor de dios, el amor de la leche de pija de dios.
Al día siguiente Marina fue caminando con su vestidito de verano, sonriente y vivaz hasta la iglesia del padre Nicolás. Él la recibió alegre y la invitó a pasar, cruzaron la iglesia vacía y hablaron tonterías inocentes mientras llegaron a la piecita detrás del altar…
— ¿Para que me invitó padre Nico? — dijo Marina mientras tomaba asiento en la mesa tantas veces compartida con las otras chicas de la congregación.
— Quería proponerte algo Marinita, quiero cuidarte y enseñarte más cosas ¿sabés? Servite galletitas mientras busco unos papeles en la oficina — dijo Nicolás antes de salir de la sala.
Marina se quedó en comiendo una sabrosa galleta, y de repente descubrió un sobre sobre la mesa, lo tomó y lo volvió a dejar sobre la mesa. Notando que padre Nico no volvía y que el sobre estaba abierto, lo abrió y estudió su contenido.
Allí habían fotos de conocidas chicas de años superiores en la escuela y otras jovencitas, sonrientes y felices. Pero luego siguiendo la serie descubrió algo más, esas chicas estaban extrañas, con sus ojos y labios brillantes, con sus ojos lacrimosos aunque sonrientes, con sus caritas manchadas de chorritos de ¿... leche?. La cuarta de las imágenes era aún más perturbadora y ahí una gruesa verga llenaba la boquita de aquella renombrada alumna ya egresada… y la siguiente foto, no una, sino dos pijas tiesas e hinchadas cruzaban la carita de una jovencita sonriente que no conocía, y esas vergas le llenaban de leche la boca…
Con su corazón latiendo al máximo, nerviosa y confundida, Marina encontró una foto rarísima de una jovencita sonriente con la cola llena de la pene duro e hinchado y venoso de un señor que.. ¡era el padre Laura, su vecina! y mientras ese hombre le rellenaba la cola de grueso pene, otros hombres que eran el cocinero, el jardinero y varios padres de unas de sus amigas, se pajeaban alrededor y uno de ellos, le daba pija por la boca. 
Marina escuchó que el cura padre Nicolás volvía y guardó las fotos al instante, nerviosa e inquieta, sonrojada. 
— Perdón la tardanza, mi nena ¿están ricas las gelletas? — dijo un padre Nicolás acompañado por el jardinero y el cocinero.
— N.. no hay problema, padre… ho.. hola señor Martínez —
— Hola Marina, dijo el cocinero tomando asiento junto a la puerta mientras el cura padre se acercaba a Marina.
El cura Nico se sentó junto a Marina y mirando los ojitos de la niña le preguntó porqué estaba nerviosa, que no tenga miedo con él, que él la cuidaría, que sólo quería enseñarle algo lindo. Marina le sonrió tibiamente mientras olía el rico perfume de su cura padre Nico, el correspondió y delicadamente le acaricio la mejilla sonrojada al tiempo que hacía lo mismo con la concha virginal debajo del vestido de la nena mientras la miraba a los ojos y le hacía chistes tontos.
— ¿Viste que se siente rico? — dijo con voz suave el hombre.
— Sí, Nico.. basta, es lindo, pero… está mal, tengo miedo y esos hombres... — dijo con voz temblorosa Marina a punto de llorar.
— Jajaja, no está mal, ya viste las fotos, todas las chicas que elijo lo hacen: es amor… — dijo el cura Nico mientras tomaba suavemente ahroa con ambas manos la carita de Marina. Se puso de pie, ella también y él la abrazó dulcemente susurrándole al oído palabras de cristiano amor y felicidad, al mismo tiempo le bajaba la bombacha debajo del vestido hasta que ya había caído al suelo. En ese momento y con sus dedos rozando un ojete apretadito y rosado, le dijo una vez más y con la voz y la mirada más dulce posible, que no tenga miedo. 
Marina dejó un poco de temer y viendo a los ojos a su padre, sonrió tranquilizada. Luego él la beso en los labios muy suavecito mientras se desnudaba la pija ya dura y completamente erecta y ya fuera de su sotana.
— Arriodillate Mari, como cuando rezás a diosito…
Ella accedió con el corazón latiéndole muy fuerte y su ojete muy apretadito mientras lo miraba a los ojos a su cura padre dulce y gentil, pero inevitablemente también a esa temible y gruesa pija frente a ella.
— Lamela y verás que es rica y te tranquiliza, nena de dios… ¡es amor a dios y tu cura padre!
Marina tímidamente acerco sus labios a la pija, la beso y lentamente mientras miraba tiernamente a los ojos de su maestro, la fue lamiendo mientras se endurecía cada vez más ese pedazo de carne venoso.
— Lo hacés muy bien Marina, ¿ves como late y se endurece? Es porque lo hacés bien y sos muy fiel a la verga de tu cura padre amo y salvador. Ahora abrí grande la boca y metetela — le dijo a una obediente y ya caliente Marina mientras le desabrochaba el vestido para que se vean esas magníficas tetas de nena, y mientras la tomaba del pelo.
Los otros tres hombres se fueron acercando silenciosamente y se pajeaban entre risas y alabanzas a ese acto de amor, de amor de puta virgen.



De repente, el cura padre Nico se estaba cogiendo con fuerza a la nena mientras la alentaba con cuentitos de la biblia y festejos por lo valiene y mejor alumna que era; tanto se la cogió por la boca que hizo lagrimear un poquito a una entregada Marina. Pero tuvo piedad y saco su pija dura como piedra de la boquita de Marina y luego de besarte la frente le preguntó cómo estaba, si amaba lo suficiente a dios para seguir demostrándole su amor tragando vergas como la virgen María (virgen por la concha) y todas hicieron por él.
Ella no dijo nada, pero al instante y sin dudar se abalanzó obediente y feliz en ese papel de puta sagrada, a chupar esa gruesa y tiesa pija que su cura padre le regalaba, al tiempo que Nico la tomaba de vuelta del pelo y le daba pija, duro e intesamente por boquita y garganta, tanto así que no pasó mucho hasta que le llenase de semen la garganta a la jovencita; y ella supo tragar obnubilada recordando que ese era el misterioso sabor de aquel pancito santo de la noche anterior.
El padre Nico le exiguió que le extruje y lama su pija hasta dejarla limpita de leche de dios. Y ella obedeció entusiasmada feliz, aplicada y prolija, ya saboreando ese sabor nuevo tan rico y extraño. Luego de terminar esa operación, el padre Nicolás le tomó la mano a esa bella nena puta y la llevó arriba de la mesa y la hizo ponerse en cuatro ya desnuda. El padre Nicolás mientras se reestablecía invitó a sus camaradas a que le lubriquen y dilaten el ojete a esa nena virgen… y le dijo a una Marina en cuatro que lo miraba con cara de nuevo preocupada, y con culo entregado y paradito
— Te van a preparar la cola para el amor inmaculado, Marina, no tengas miedo, yo te cuido y la verga te hará la colita como a María el ángel gabriel se lo hizo — y le sonrío mirándola a los ojitos mientras Esteban, el cocinero, aceitaba sus dedos y luego los gluteos de la nena, para finalmente trabajar esa diminuta estrellita anal, haciendo que el aceite entre en esa ojete por saturación, para luego meterle un dedo muy suavemente propiciando la dilatación.
Y Marina gozaba que su curita padre la mire con tanto amor, gozaba siendo la puta dócil de esos hombres en verdad, y ser tan importante para ellos…
— Jaja, tiene un ojete muy apretadito y rosado — dijo Esteban al jardinero Pablo que a su vez masajeaba las tetas de esa pendeja puta mientras se pajeaba..
— Sí, es toda una puta deliciosa… no veo la hora de romperle el culo.
Y aquí fue cuando Marina miró preocupada a Nicolás..
— soy.. soy virgen Nico, no pueden hacerme el amor porque.. ¡es pecado!
— Mi nena, no te harán el amor por la concha, ¡ya que eso es pecado!, te harán el amor por la cola porque dios así les enseñó a las jovencitas que disfruten: ¡el amor anal y bendito!
Marina sigió con carita preocupada pero la mirada de su cura padre pajeándose frente a ella la tranquilizaba mientras ya tres dedos de el jardinero dificultosamente le rellenaban su ojete rosadito, calentito y apretado, para su deleite oculto…
De repente Esteban puso música de misa, y se dirigió de vuelta a la mesa a la que subió y ocupó el lugar del otro en lo que a dedeo anal respectaba. 
— Tenés que calmarte nena, relajá la cola y gozá que te rompan el orto como nena de dios —
Y así lentamente fue invadiendo con su vergota el culo de esa nena en cuatro sobre la mesa, lentamente mientras Marina quejosamente gemía y fruncía su ceño…
— Relajate, putita, ya tenés toda la pija adentro, ahora te voy a bombear y no te dolerá más después de un ratito…
— Hágalo despacito señor — retrucó bajito Marina por primera vez mirando a su culeador por sobre su hombro, pero él no escucho por la música en la sala y sus ganas de darle pija una y otra vez. Y así lo hizo, duro y constante se la culeo con gran disfrute y pasión. La verga entraba por un ano rosadito y castigado que de a poco se iba a amoldando a la verga y se dilataba receptivamente, Marina de a poco iba disfrutando cada embestida de verga y de repente dijo con voz bajita pero que todos supieron escuchar…
— Más duro por la cola, señor…
Y todos la festjaron sonrientes y alegres, tenían a su puta recibida:
— Jajaj, sí, puta de mierda, te voy a romper el culo y a llenar el ojete de leche..! Aleluya!
— Bien, Mari, estás aprendiendo mucho putita de dios, alabado sea dios, alabado seas tú, puta colita hambrienta!!!
— Qué flor de puta vas a ser nena hermosa…
Y un momento después Esteban estaba llenándole a esa nena el ojete de leche de verga, chorros pesados de semen llenaron su recto y ella no pudo creer ese milagro de amor y hasta dijo gracias…
Fue entonces el turno de Pablo que con urgencia procedió a culeárse a esa nena sobre la mesa y que con sus dos manitos abría sus gluteos invitándolo a que se la culée.. “dele señor, Pablo, deme pija, enseñeme”. Y así fue, un nuevo culeo procedió, intenso, duro y dilatante (aún más, porque la verga de Pablo era aún más gruesa). Pablo oró mientras le rompía el ojete a esa niña y Marina lo acompañó entre gemidos de puta, Pablo finalmente una vez más rellenó primero de repetidos bombeos bien profundo esa colita, y luego de esperma en abundancia a la dulce voz de amor siguiente:
— Ahí tenés puta, mucha leche en tu ojete, para que aprendas!
Y ella agradeció conmovida mientras lagrimeaba y miraba a su cura padre que la miraba severamente mientras se pajeaba frente a ella, abajo de la mesa en la que ella estaba…
Y Nicolás habló:
— Cagá el semen en el platito de las galletas, Marina…
Marina no entendió bien y se quedó mirando a su cura padre…
Yéste insistió:
 — Entendiste bien, estúpida, cagá el semen que te rellenó el orto, en el platito…
Y Marina accedió muy confundida, poniéndose en cuclillas sobre la mesa y el platito, y mientras miraba a su cura padre con cara de enfadado mientras se pajeaba severamente, cagó sobre las galletitas chorros gruesos de leche caliente que hace instantes le habían regalado.
Y Nicolás le ordenó que estudie el platito y que vea si había algo raro.. y sí: estaba sucia la leche. Marina se sonrojó y se arrodilló sobre la mesa tapándose la carita.
Nicolás se acercó y tomó una de las galletas bañadas en semen y se la dió de comer en la boca a Marina:
— Tragá, puta…
Y ella accedió avergonzada, pero comprobó que la galleta estaba aún más rica así, y vió como su cura padre le sonreía dulcemente ahora. 
— Hiciste todo bien mi nena amor, debemos bendecir tu ojete y lavarlo de las malas influencias sí — dijo Nicolás sin dejar de pajearse al tiempo que se subía a la mesa y de pie se dispusso a coger la boca de Marina sin mayor aviso, con mucha fuerza y amor la hizo vomitar sobre su verga, la hizo llorar y finalmente en una boquita completamente abierta, le acabó gruesas cargas de semen espeso y caliente que llenaron la boca de Marina, que tragó con hambre y deseo, y ella agradecida limpió a lenguetazos la pija y tragó hasta la última de las gotas que chupó de la verga aún tiesa.
Arrodillada, mirando con mucho amor a su cura padre dueño, dijo gracias papi, y le sonrió enchastrada como estaba. Quiero que me bautizen mi cola, Nico y chicos, no quiero estar más sucia!!!
Haremos el trabajo Mari, dijo el padre Nico ayudando a bajarse de la mesa a la nena, mientras le dedeaba el castigado ojete. Queremos que vengas el lunes que viene ¿cumplirás tu deber?, agregó.
— Sí, creo que puedo… — dijo insegura Mari al tiempo que el padre Nico le daba una bofetada en esa carita sonriente.
— ¿Creés? ¿¿Esa es dedicación que le darás a tu dios?? Creo que ni merecés que te bendigamos el orto, mirá..
— No, no padre cura mío… vendré y seré muy aplicada en mis deberes, le juro señores — dijo preocupado mirando a cada uno de los hombres riéndose en la habitación.
Nico sonrió suficiente, y dándole un beso en la frente a su Marina le ordenó que se vistiese, tiró las galletitas cagadas en semen a la basura y fue a buscar otro plato de galletas en la cocinita y un paquete de diversos regalos para la nueva mascota de la iglesia. 
Cuando Marina estuvo completamente preparada Nico le mostró los numerosos obsequios que les tenía preparado por ser una muy buena y fiel creyente putita. Y así le mostró un gran crucifijo cuya parte inferior no era otra cosa que un grueso consolador anal de plástico con forma de verga negra y bien cabezona. Luego un pote de dilatante e higienizante lubricante anal. Y para finalizar, el cura padre Nicolás le tenía preparado una dulce sorpresa:
— Pablo y Esteban te regalarán un bandeja de galletas encremadas para que compartas con tu madre y tu hermana, pero has de darles una última mamada a sus vergas— dijo Nico a una atenta Marina.
— Bueno señor padre mío — y Marina fue alegre a arrodillarse ante las vergas a chuparlas diligentemente saboreándolas profundamente, lamiendolas desesperádamente ansiosa por chupar una y otra sin desperdeciar ni un poquito de esos manjares…
Y así los hombres le pidieron que no siga y acabaron su semen caliente y abundante en las galletas que ella debía llevar para compartir en familia.
Maravillada y mojada Marina observó hambrienta el espectáculo… Los hombres envolvieron la galletas encremadas y se la regalaron sonrientes a la puta niña.
Y Marina fue con la bandejita hasta donde Nicolás que justamente rezaba el rosario. Y Marina guardó su grueso consolador crucifijo en la mochila, sus galletas…
— Tengo algo más Mari —dijo Nico, y ordenándole que chupe y ensalive el juguetito le levantó el vestidito, le corrió la bombacha y sacando el plugger anal rosadito de la boca, se lo metió el ojete para luego acomodarle la bombacha explicándole— ese juguetito lo usarás todos los días para educar la colita.
— Gracias cura padre Nico, fue re bueno explicándome todas estas cosas y darme amor —dijo al momento en que le daba un beso en la mejilla a su maestro.
— Bueno puta santa, vuelve a tu casa ahora, no te olvides de convidarles de tus galletas a tu mami y hermana… ellas entenderán, jaja…
Y así luego de despedidas dulces y llenas de amor, Marina volvió a casa con el culo roto y la pancita llena de semen, hecha toda una señorita en las enseñanzas del señor. 

jueves, 6 de febrero de 2014

Pamela en la oficina, con la cola bien hecha y con la pancita llena de semen

Pamela había conseguido un empleo de medio tiempo por las tardes luego de la escuela, por medio de contactos de su madre. Sorprendentemente Pame estaba feliz con su nuevo trabajo, y su madre también, al saber que su hija estaba aprendiendo y haciendo algo útil con su vida.
Así Pame iba esa tarde a la oficina vestida de mini ejecutiva, con una camisa y un saquito estrujando sus tetas, y una falda bien corta cubriendo apenas un magnífico culo paradito, ansioso y juvenil. Lo cierto es que Pame en el trabajo generalmente, luego de dedicarse a boludear en Facebook, hablando por teléfono con amigas, o preparándole algún café a “los chicos” en las oficinas, casi siempre se iba luego de no haber hecho ni una mierda rescatable, pero ese día era viernes y ella sabía que iba a tener una tarea adicional.
Llegaron así los primeros dos ejecutivos ya despojándose de su ropa formal, yendo hacia una Pame que educadamente se arrodillaba en la alfombra, y dulce y sonrientemente pedía “¿me da pija señ…?” siendo interrumpida por un vergazo que le llenaba la boquita para que ella empiece a mamar y lamer con gran docilidad y presteza, mientras con su mano pajeaba la otra verga esperando su turno de cogérsela por la boca.
Ah, era toda una dulce mascota puta esa jovencita. Llegaron así más ejecutivos desde la sala de reuniones y arrancándole la ropa a Pame fueron turnándose para coger la garganta de la pasante chupapijas, mientras la tomaban del pelo, o le escupían la carita, mientras se reían a viva voz de como mamaba esa dulce belleza puta y tragona.
Pame cuando pudo desocupar brevemente su boca llena, babeando atragantada pidió dulcemente con los ojitos llenos de lágrimas mientras sonreía “¿no me van a romper el culo, chicos?”, pero en ese instante fue vuelta a coger por la boca mientras le explciaban:
— No, puta tragaleche, hoy no te vamos a romper el culo, tenemos que seguir trabajando
Y así siguió la cogida bucal hasta que los dieciséis le dieron su leche de verga en la boquita y la hicieron tragar hasta la última gota, dejando la pija de cada uno bien limpita a lamiditas.
Y así, muy bien alimentada y con los labiecitos cansados aunque con ganas de que la cojan por la cola, la iban dejando a Pame hasta que le dejaron arrodillada sola en la alfombra, saboreando la mezcla de semen en sus labios y lengua y dedeándose el ojete entre tanto.
Pame se levantó y cuando iba a ponerse la bombacha sintió que detrás alguien la tomaba y dulcemente le decía:
— Te voy a romper el orto, puta hermosa…
Y ella sonreía viendo sobre su hombro y veía al gerente escupiendo su orto y puerteándola por la cola para inmediatamente empezar a bombeárla.
— Gracias señor, rómpame el orto papi, mmm… - decía Pame alegre de tener a su principe azul bombeándola por el culo como ella deseaba.

Y así esa gruesa verga se la cogío por el ojete profunda y dilatantemente para deleite de una Pame que gozaba con gemidos y grititos, aunque alguna lagrimita. De pronto, abundantes chorros de esperma le rellenaron el culo a la jovencita y, sin que ella tenga la oportunidad de que limpie y chupetée la verga de su principe azul, este se fue con el resto del grupo a continuar trabajando.
Y así quedó Pamela dedeándose el ojete lleno de semen que con sus deditos en el culo intentó rescatar para comérselo enseguida, mientras se masturbaba la virginal conchita, y con esos ojitos de enamorada pensaba en ese cortés hombre que se la había re culeado y que seguro que la quería por lo que era...
Ah, qué trabajadora adolescente que era Pamela, y qué feliz la hacía todo lo que aprendía, tragaba, le rompían el culo y la querían esos hombres.